Durante el primer año de vida de un bebé, la velocidad de crecimiento es la mayor entre todas las etapas, por ello es necesario asegurar la suficiente cantidad de energía y nutrientes para que se logre un desarrollo óptimo.

En los primeros seis meses de vida la alimentación del recién nacido debe ser única y exclusivamente de lactancia, sin agua ni infusiones, debido a que la leche materna tiene suficiente agua y es completa en todos los nutrientes que necesita el neonato.

Posterior a este periodo, la leche no alcanza para cubrir todos sus requerimientos y entonces es momento de proporcionales comida, es decir papilla. Si la leche materna es completa, la papilla también y esto solo se logra incluyendo, al menos, un alimento de cada grupo.

Mi consejo para la primera papilla es iniciar con carbohidratos de fácil digestión como papa amarilla o arroz, vegetales suaves como camote o zanahoria y proteína como pollo. De este último alimento, unos 30g sería suficiente y sumado el resto de ingredientes alcanzan la ½ taza.

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